Friday, September 15, 2006


“Hay una objeción a la idea de que la rectitud objetiva de una acción consiste en producir probablemente en general la mejores concecuencias. Esta objeción es el egoísmo, es decir, la tesis de que la primera obligación de un hombre es una obligación para consigo mismo, y es que es más imperioso garantizar su propio bien que el bien de los demás. Son prolongaciones de esta idea que los intereses de la propia familia son preferibles a los de los extraños, los del país propio a los del los exranjeros, y los de los amigos a los de los enemigos.Todas estas opiniones tienen en común la creeencia de que, independientemente de su viabilidad, los fines que un hombre debe tratar de alcanzar son diferentes de los que deben perseguir los demás.”[1]

Conocer “lo otro” egoístamente ha sido una de las primeras labores de la etnología, los pasos a seguir frente a la alteridad extranjera nativa(oriental, africana, latinoamericana, judía o iraki) según el funcionalismo han sido descubrir, desmitificar, describir, analizar y enunciar-publicarlo todo por el etnografo y para el etnógrafo, para sus intereses, para su comunidad científica, para su academia antropológica, para su país. Es interesante la afirmación que hace Jacorzynski sobre Murray y Kluckhonn: La Antropología Social o cultural se interesa por el hombre en tanto que éste comparte algunas características culturales con ciertos otros hombres. La cultura es, por definición, algo que une a algunos, pero no a todos los hombres. Esta especificación lingüística, de cosmovisión, formas de vida y territorialidad distinta, han sido un estudio de objetividad SOBRE, es decir de algo, o alguien mejor dicho, que está por encima de otra cosa –persona- y quiere acercarse a ella de alguna forma, utiliza una teoría y una práctica cojunta, y, en su afán por legitimarse antes sus otros estudios compañeros, o lo que es lo mismo, las “otras ciencias”, recurre a los odos recorridos por ellas, y observa, registra, elabora hipótesis y confronta datos para finalmente emitir un JUICIO-ley que habrá, adecuadamente, de presentar. No obstante, quizá la maldición de las ciencias del hombre sea la de ocuparse de un objeto que habla, de un objeto que para algunos es construible además de observable, literaria o ficticiamente inventable…la maldición inexistente para nosotros es nuevamente el reflejo de una alteridad de un “objeto” que antagónicamente para nosotros no lo es, sino SUJETO, por que hay tanta subjetividad en el hombre que observa como en el que es observado, no mejor ni peor, solo distinta, no observamos sociedades ni culturas sino personas, acontecimientos… hombres y mujeres, niñ@s y ancian@s que piensan, perciben, quieren cosas distintas a las que nosotros queremos por que su escala axiológica difiere a la nuestra e inclusive todo ello lo comunican; así pues, el estudio habrá de buscar alteridades metodológicas esbozadas por el autor y algunos compañeros, en las que la etnografía no se hará con exclusión, soberbia, objetividad completa y a manera de receta por que el nativo, el Otro, por primera vez se vuelve un ser humano con todos lo derechos de crear su propia historia. Y la antropología también por primera vez, se vuelve una nota al pie de página de la historia política del Otro. Los estudios etnográficos por tanto podrían dejar de preocuparse tanto por su papel frente a las demás ciencias y a las exigencias restrictivas de su meta: objetividad y más bien ocuparse en la ESCUCHA, elaborar estudios de subjetividad CON, en diálogo y heteroglosia. El etnógrafo debe desentrañarse de las relaciones de poder que han definido su profesión de origen, desentrañar nuestro egoísmo y aprender a concebir alteridades, a escuchar polifonias…

Escuchen mi palabra
del corazón nació,
los meros ignorantes
son ellos de verdad.
En este mundo, digno
iguales son los cuerpos,
hermanos todos somos
de una humanidad.
Hay blancos y morenos
bambaras, chinos, indios,
hermanos somos todos
de una humanidad
Por ello, ya nosotros
debemos aprender
la lengua que es de ellos,
que nos respeten ya.
Tambien les toca a ellos
el mismo aprender
la leguan que es nuestra
Hermanos , pues seremos.

Sak k’inal tajaltik
Filosofar en tojolabal

[1] Russell,B. Ensayos filosóficos. p. 53

1 Comments:

At 12:32 PM, Blogger Ron said...

Glora sugiere que la descolonización de la antropología empieza con una práctica interna. Pero no al estilo que se refiere Russell, sino al contrario, desarraigar el egoismo y renunciar a las posiciones metafísicas en que se fundan los esquemas de dominación.

 

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