Friday, September 08, 2006

Y pensar sobre sí mismo no sólo es inevitable, es imperativo...

Eso decía Xabier Lizarraga Cruchaga, cuando en Zacatecas habría una ponencia que hablaba de la importancia de la humanización frente a la hominización. Del hombre que es él y del hombre a quien estudia ¿como pensar lo humano desde afuera siendo humano? Tal vez como Nietzsche decía demasiado humano. ¿Cómo pensar la vida, la forma y el movimiento de los hombres y las mujeres que viven en espacios distintos, que en un principio fueron catalogados como bárbaros inclusive por los propios y exaltados griegos deconocedores de su lengua y de sus costumbres, el no hablante del griego, el distinto. Después en la tradición judeocristiana, talvez nació la esperanza de llegar a explicarlo todo en términos de orden y constancia, de rigor y disciplina y también permanencia; pero la historia revelaba cambios y los cambios crisis y las crisis valores, trasnformaciones, revoluciones, guerras y luego más cambios...
y hombres y mujeres que no hablaban latín, que después no hablaban inglés y /o que no hablan español, se convirtieron en personajes de cuentos y monografías, de espacios en galerias, de elementos del "paisaje urbano" y de discursos políticos. ¿Cómo descolonizar las ciencias sociales? se preguntaba Rodolfo Stavenhagen, tal vez y sólo tal vez preguntándonos primero como ser menos colonizadores nosotros mismos... preguntarse por el para qué estudiar y hacer antropología, saber del hombre y de la mujer distinta, lejana, marginada o enferma es saber de mi y de mi relación con ell@s, cómo les concibo, cómo los escucho, les miro, con altruismo, con compasión, con crítica, con manipulación, con sentimentalismo, con desprecio, con afán de cambiar algo que aún no comprendo, la vida, su vida y movimiento. Pienso que la antropología suele ser a veces n pretexto de intelectualidad y de elitismo, de cotos de poder(por extraño que parezca)de competencia y ceguera de las limitaciones, reitero, propias en el plano teórico, físico, político, institucinal e inclusive personal emotivo.
Observo, formulo, inquiero y leo, entre otras cosas, por que no soy antropóloga de profesión y entonces para mí definirla o delimitar su papel es, me parece, prescribir sobre ella, es como tautológico decir lo que estudia pero es problemática la situación explícita de los que son sus sujetos y las culturas que le han hecho posible, a veces se reduce a temas de tesis, pretextos de premiación y registro de documentación, considero entonces que podríamos sumar esfuerzos, después de habernos autoinquirido, después de habernos decolonizado y comprendido. Por que los métodos y las teorías no han cambiado la realidad en la singularidad cultural, sino la interpretación de nuestros intentos por comprender. Considero ciertas posibilidades en alternativos intentos: dejar de hablar entonces de LA Antropología como algo inmutable y hecho, empezar a discutir primero sobre el conocimiento humano no exclusivo(incluyéndonos) y más bien móvil y vivo, relativo a un compromiso, a una responsabilidad y a un servicio(no estoy de acuerdo con una compañera que afirmó lo contrario y determinó el que hacer antropológico como meramente crítico). Así pues, mi intento, de ser Zulema "descolonizada" antes que antropóloga y más allá del título y más importante aún el esfuerzo de combatir con los que interdisciplinariamente hemos coincidido en algunos de los problemas que percibimos, que juzgamos y que no son el otro como decía Sartre, sino tú, yo, nosotros, es Comprender al hombre y a la mujer que no soy yo, es ir, aprendiendo, escuchando, ayudar a darle un rumbo al "mundo" menos intolerante, de muchos otros respetados y plagados de cosmovisiones por compartir.

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